Me pongo a escribir después de casi un mes sin hacerlo y me veo delante de la pantalla del ordenador a las tres de la madrugada. Mi rutina se ha deformado de manera que normalmente me voy a dormir realmente tarde despertándome así durante el mediodía. Eso viene dado (o al menos lo creo) por una depresión. No, no ha muerto ningún ser querido en este lapso temporal, ni me he batido en duelo verbal con alguna amistad esencial. Pero si ni siquiera tengo problemas cotidianos…
No… Esta depresión de la que me documento a mi mismo hoy mediante este texto, no es una depresión normal; no provoca tristeza, ni anemia, ni apatía. Provoca un sentimiento de rechazo del tamaño de W Cephei (la estrella más enorme del universo).
No sé, el hecho de no haber tenido jamás un psicólogo (ya que no lo he necesitado) ha hecho que yo me cree mis propias soluciones, y no siempre han sido correctas. No digo que todo es culpa mía cayendo en la espiral de autodestrucción de la eterna culpa, sólo digo que esas soluciones siempre han sido correctas bajo mi punto de vista y claro que escucho los consejos de las personas que creo que son más inteligentes o maduras que yo, pero yo siempre he dibujado las curvas de mi camino y en esas curvas mueren diariamente decenas de personas. Y no me importa.
En conclusión y resumiendo para hacer esto más fácil y terminar con esta autoterapia desastrosa: no me gusta este planeta. El mundo hace demasiado honor a su nombre cuando lo nombramos el mundo “real” y quizá no sea una realidad objetiva, pero si es una realidad humana que me repugna y aburre. Pocos homo sapiens sapiens llaman mi atención y sé que los que realmente me interesan o han encontrado la manera de aguantar pacientemente o sencillamente están en peor estado que yo. Por estas razones y por muchas otras quisiera haber nacido en cualquier otra civilización inteligente (pero inteligente de verdad), si es que las hay. Porque, ¿realmente os habéis planteado que somos una civilización inteligente y desarrollado gracias a un grupo muy selecto de mentes realmente brillantes? Los demás aportamos nuestro granito de arena, pero llegamos al quid de la cuestión al hablar de los que no lo hacen (o hacen lo contrario). Dios (reafirmo mi blasfemia), como los odio.
Todo el que me lea sabe que me siento mediocre, eso no es un secreto, pero es que al menos antes podía expresarme como lo estoy haciendo ahora: mucho más asiduamente.
¿Estoy perdiendo capacidades, o es que mi insomnio (causa de un desperdicio enorme de horas y de la pérdida de toda la mañana) me ha quebrado la vida? ¿Y ese insomnio tiene alguna razón o simplemente es la consecuencia de algo?
No lo sé.
Alcanzar ciertos objetivos es ahora mi prioridad, y si lo hago puede que salga de este estado catatónico. Si no… Quien sabe.
Siempre me ha gustado ser ambicioso pues era el combustible de mi día a día y ahora no pienso ni en eso.
Gracias por leerme, y si tenéis algún consejo os lo agradecería muchísimo.
Wherever I may roam.
Albert.