A veces creamos nuestro propio paraíso cuando vemos que el mundo que nos rodea no vale la pena. Yo he creado un paraíso tan perfecto que cuando me introduzco en él olvido siquiera que existen los problemas, escapo de la realidad y me sirve de apoyo moral para seguir adelante sin que ninguna barrera me detenga en mi camino.
Tener un paraíso personal tiene sus desventajas ya que si es cierto que evades la realidad y que te sientes realmente unido a todo lo que conforme tu burbuja, cuando sales de ella te sientes desvalido, débil, sólo...
El paraíso que yo me he creado es simple pero perfecto: Conformado por mis mayores amigos y amigas (personas a las que amo con todo mi corazón, sin exajerar) ese lugar sólo da a fruto ambrosías y puedo sentarme tranquilamente a charlar sobre temas vanales o sobre temas con una cierta trascendéncia ya que considero sus habitantes como mis iguales.
Ahora, sin apenas tiempo para entrar en ese mundo veo como mi moral se desvanece día tras día y el paraíso que sé que nunca se romperá se va alejando de mí.
Me siento solo y cuando eso me sucede no es fácil remediarlo. Lo único que se es que me encantaría poder vivir una vida entera dentro de esa burbuja con sus integrantes, sin que nada del mundo exterior la contaminara.