lunes, 26 de abril de 2010

Se abren las puertas

Pues bien, hoy estreno este blog por consejo de cierta amistad tremendamente importante (seguro que ella misma no tiene ni idea) para mi ego y mi visión del mundo; dejaré de lamer proverbialmente el culo de la razón de este mi blog para empezarlo.

Tal y como dice el título de la primera entrada, se abren las puertas.
Se abren las puertas de un mundo del que sólo yo soy dueño, de un mundo del que seguramente algunos de los que esten leyendo esto también son conscientes en su interior.

Mis textos no serán coherentes, no estarán bien escritos, ni siquiera tendrán una continuidad pero me desahogaré con ellos e intentaré hacer que sean comestibles almenos.

Haré una breve presentación de mí mismo antes de empezar a escribir sobre algo en concreto: soy un chico extraño. Sí, podría definirme así, llánamente, pero no sería lo más constructivo y es que a simple vista sólo soy uno más del montón (hortera, eso sí) que no abre la boca cuando no le interesa; no me gusta hablar de temas que no me conciernen o que simplemente no me interesan. Algunos podrían tacharme de romántico empedernido y de hecho les daré la razón, sólo espero que eso no os haga echaros atrás en la lectura de mi crónica surrealista.
Me justificaré antes de que algún dia escriba algo demasiado apasionado pues amo con toda la fuerza y lo que comporta esa palabra la música así como escribir (aunque eso no implica que lo haga bien ni mucho menos).

Bien, creo que ya puedo empezar a contaros lo que hoy he sentido durante todo el dia.

  • Hoy me he sentido mediocre, me he sentido como apenas una mota de polvo en una corriente de aire violenta y catastrófica. Siempre me he visto como alguien distinto a la resta del rebaño que pasta por nuestra sociedad defecando en el libre albedrío y siguiendo un ritmo de vida marcado por la indústria del terror informativo y las normas morales impuestas aquí. Hoy he descubierto que eso no es cierto después de una sospecha enorme semana tras semana. Me miro al espejo y no veo nada extraordinario (espero que no os molesten las quejas de un viejo adolescente que apenas roza la mayoría de edad por encima de la misma), sólo puedo observar un hombre, no, un chico dispuesto a triunfar, demasiado ambicioso para el mundo competitivo en el que vive y que además cree a veces tener lo que hace falta para hacerlo pero no es así. Me justifico: obviamente no soy la única persona que cree que su alrededor está podrido y que no quiere recibir siquiera un atisbo de influencia por parte de los demás pero realmente tampoco soy ni por asomo la única persona que cree tener algo más de personalidad que los demás. Hay tantísima gente cuya existencia me provoca una profunda agonía pero a la vez una felicidad y una satisfacción antítesis de la cuál no sabría razonar. O sí... Simplemente puede darse el caso que yo sea sólo un niño inmaduro cuya concepción de la vida haya sido siempre trabajar duro para perfilar aquello que deseo mejorar (no necesariamente los resultados académicos). A veces consigo lo que quiero, otras no (como todos), pero hoy estoy frustrado, frustrado de ver como a mi vera se encuentran personas cuyas capacidades superan en mucho las mías (objetivamente hablando), de como estas personas se dedican a autocultivarse olvidándose de la masa de personas sin fin en esta vida superándose dia a dia mientras yo me quedo estancado en el deseo de lo que una vez fue sueño.

    A mi pesar hoy he descubierto que no soy más que un crío que ama la soledad ocasional, que usa la tristeza como pretexto para escribir una historia cuya protagonista es incluso más madura que el mismo escritor. Me inspiro en los paisajes que años atrás inspiraron a los seres más románticos y ensoñadores ¿y que soy yo comparado con ellos?
    Nada.
    Quizá debería decir polvo al polvo y esperar a que mi cadáver se consuma mientras escucho Ophelia's crown y olvidarme de todo aquello en lo que antaño creí.

Sólo sé que sin felicidad no habría tristeza y viceversa. Por lo tanto... Quizá aún quede esperanza para seguir adelante a pesar de que vea en el horizonte los titánicos pies de aquellas personasque alguna vez pensaron como yo pero que ya han superado la sed de madurez para alcanzarla al fin.

Y es que esta sed de madurez sólo me hace ser más inmaduro dia tras dia...

1 comentarios:

Miss Weirdo dijo...

Albert, mi niño!
Escribes lindísimo, que lo sepas. Y no te lo digo por cumplir, que cumplidos sobran en este mundo...
No me sorprende demasiado lo que dices porque comparto ese sentimiento y esa manera antitética de ser, tan madura y tan niña a la vez.
Lo tienes TODO para triunfar si es lo que quieres, pero triunfas día a día manteniendo esa originalidad que solo tú tienes.

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