lunes, 24 de mayo de 2010

La vida es sueño

SEGISMUNDO. Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta fúria, esta ambición
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta despertar.

[...]

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Pedro Calderón de la Barca - La vida es sueño

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He extraído este fragmento de la copia que poseo de La vida es sueño. Simplemente he elegido la parte más representativa a mi parecer de toda la obra pues cuando leí ese monólogo me quedé tan sorprendido de lo buena que puede llegar a ser la literatura clásica española y como nuestro sistema educativo provoca ese rechazo hacia todo aquello que se supone es una obra maestra (obligan a leer ciertas obras con un período de tiempo minúsculo para disfrutar realmente de sus versos o párrafos). Una de estas obra es la que yo he plasmado como paradigma aquí y es que nos hacían (en nuestra época) trabajar aspectos que para nada conocíamos de la obra y que realmente no eran los más interesantes.
Descubrí el soliloquio en una canción de Gothica con el mismo título de la obra y me llamó tanto la atención el sufrimiento que se desprendía de la voz de la vocalista que tuve que ir inmediatamente a comprarlo. Lo terminé relativamente pronto teniendo en cuenta la enorme cantidad de tareas que para entonces todos mis compañeros y yo teníamos. Fue... Renovador, como si algo dentro de mi despertara...

No voy a explicar el argumento de la obra pero el significado vendría a ser la efimeridad de la vida, como de un día para otro podemos pasar de ser un rey poderoso a un esclavo miserable.
El personaje en cuestión (el que pronuncia el fragmento) es liberado de su cautiverio para ejercer como monarca en su reino (leáse la obra para más información); el caso es que por supersticiones el príncipe nunca pudo salir de la torre en la que vivía encerrado pero un día el rey decide darle una oportunidad pero como su hijo sólo camina en aras de la destrucción y el egoísmo se le elide la misma. Es entonces cuando de sus labios de papel aparecen estos versos perfectos bajo mi punto de vista.

¿Qué es la vida realmente? Él ha vivido toda la fugacidad de sus órganos vitales encerrado en una construcción, no ha podido ni siquiera probar el sabor de la luz más de determinado tiempo; nos encontramos delante de un personaje privado de la libertad, derecho básico de todo ser humano. Vemos como actúa instintivamente durante el período de éxodo de su infierno personal pero eso no le ayuda a ser aceptado por los demás; entonces, al ser despojado de todo aquello que tenía (o que realmente no tenía), nuestro Segismundo se ve perdido y completamente pobre: sin las riquezas y los lujos que caracterizaban su puesto en la jerarquía y sin los valores personales y éticos o morales que regían el mundo. Es entonces cuando nuestro pobre príncipe desheredado se pregunta a si mismo qué es la vida. Alguien que ha podido vivirla intensamente cómo él, un prisionero eterno, sabe perfectamente cuál es el valor de la misma pero no conoce su significado ni sus misterios pues realmente ¿qué es lo que ha perdido? ¿qué es aquello por lo que fue liberado efímeramente?

Si te consuela, Segismundo: nadie lo sabe.

Dedicado a una de las obras que más admiro.

Albert.

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