domingo, 25 de diciembre de 2011

¿Feliz Navidad?

La Navidad. La supuesta época de nacimiento del de nuevo supuesto hijo del consiguiente supuesto Dios. ¿En qué estamos creyendo? 

Este es el momento del año en el que afloran la hipocresía y el consumismo más bárbaro de todo el año. La desigualdad sale a la calle sin cubrirse las vergüenzas y a nadie parece importarle.

Los adinerados se regalan objetos cuyo valor económico sobrepasa la imaginación del resto de personas que, a su vez, gastan su poco dinero en hacer otros regalos más humildes pero que también consumen sus preciados recursos. ¿Qué sentido tiene esto?

Sabemos que el verdadero fin de las navidades es recaudar lo suficiente para que el capitalismo no se derrumbe pero... ¿Realmente la mayoría de la población sabe esto? No. Aún así gastan y gastan como posesos y no quisiera parecer moralista, nada más allende. Lo único que quiero expresar con esta entrada es que la sociedad no reflexiona. Hacemos muchísimo daño al prójimo tal que así:

-¿Qué te han regalado este año? A mi un iMac y cuatro videojuegos.

-A mí un pijama y unas zapatillas...

El segundo individuo se debe sentir como una MIERDA, ¿no creéis? Por supuesto los regalos no son lo más importante, no seas moralista tú, querido lector. Pero si somos realistas, eso nos afecta. Queramos o no compararnos con otras personas, lo hacemos por inercia pues el único ser social es el ser humano con el que contrastamos constantemente buscando un ideal ejemplar.

Pongamos otro caso:

-Vengo de estar con mi família. Qué coñazo, menos mal que he llegado a casa para conectarme al Facebook.

-Yo llevo todo el día en casa porque mi madre está muerta y mi padre debe estar todo el día trabajando para alimentarme y poder subsistir.

¿Os parece surrealista? No lo es. Alguien que no valora el hecho de estar con la família puede destrozar a alguien que no la tenga. Aunque ese alguien sea rico, por ejemplo, va a sufrir esa alusión a su inexistente família. Si, además, su nivel económico es crítico, pasará unas navidades de rechupete. Véase la ironía.

No creo en Dios. Sé que Jesucristo existió porque era un personaje real histórico. Que haya tenido poderes o no es otra cosa. Pero a pesar de todo esto me gusta poder estar con la gente a la que quiero con esta excusa. Me gusta tener un par de semanas de vacaciones y me gusta, por supuesto, recibir algún que otro detalle. Es normal. Soy humano. Eres, querido lector, humano.

Lo que no me gusta es que gasten más de lo debido en mi. Lo que no me gusta es que mi família haya perdido la unidad. Pasar el año nuevo sin ellos ya no me sorprende...

Todo lo que necesito es a mi padre, mi madre, mi hermana, mi querida sobrina y mis amigos dentro de los cuales está mi pareja. Todo esto es lo que un ser humano necesita para sobrevivir añadiendo los bienes básicos para subsistir. Si el patrimonio se midiera tal que así, yo sería rico. Billonario.

Los que me hayan leído sin conocerme, si es que los hay, me habréis ido conociendo. No os sorprenderá leer que he derramado lágrimas. Ayer y hoy. Lo paso bastante mal y sufro durante estas fiestas.

Feliz navidad a los irreflexivos y pusilánimes. Felicidad eterna a los que ven lo que hay delante de sus ojos.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Feliz Navidad, pequeño.
A mi me han regalado un pijama y... No, unas zapatillas no, un rey mago de chocolate. Y estoy más feliz que unas castañuelas :)

Sobrina? Jodido bastardo, desde cuando tienes sobrina?

Como ves, me he hecho un blog. Yo también necesitaba volcar mis paranoias publicamente.

Un besito Albert, veo que tenemos que hablar de muuuchas cosas.

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