Solo le pido a la vida una oportunidad, un milagro, un golpe de suerte, un desliz del destino indeterminado...
He tenido ante mí lo más hermoso de la Tierra. Sospecho que una parte de ello se ha quedado conmigo para siempre, pero es frustrante no poder beber del Santo Grial cuando lo tienes aferrado entre tus manos temblorosas pero tranquilas.
He sido dos y he sido uno. Es la primera vez que siento que puedo ponerme a escribir como si no hubiera nadie más en la habitación. Menuda reserva de inspiración y de creatividad te gastas...
No creo que volver a mi origen sea algo negativo para mí. Sin ir más lejos, creo que ya era necesario. De todos modos, la convivencia constante en una situación tan bizarra desgasta el corazón del tipo más duro que hayáis conocido. Cuando el escudo se quiebra y la piel empieza a escocer y a enrojecerse es cuando el dolor aflora. Cuando dejas que la piel desaparezca, que los músculos se entumezcan y que el hueso se astille es porque tu corazón lo ordena, pero no tu cerebro.
Y así vuelvo: con una herida temporal en el pecho y con la mayor de las felicidades solo superada por una situación ideal que sabe Dios si tendrá lugar.
Después de hacerle una petición a la vida, le doy las gracias por esta oportunidad de conocerme a mí mismo, de entender a mi otra mitad y, qué carajo, de conocerte a ti.
No exagero, duele. Pero esta vez es un dolor dulce. Es el dolor más comprensible del que he hecho gala en esta plataforma.
"Tengo dos mil razones para olvidarme de todo y no pensar más que en tu voz"
2 comentarios:
Qué bonito, chuchu :)
Sencillamente --> :) Hacía mucho que no entraba aquí.
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